El Barcelona se tuvo que poner en el mono de trabajo para doblegar a un Leganés que no se arrugó ante el líder de Primera y que solo cedió ante el acierto de cara a portería de Luis Suárez (0-3). Esa fue la diferencia principal entre los locales, que gozaron de unas cuantas ocasiones para haber batido a Ter Stegen y el Barça, que sin cuajar un partido para el recuerdo, tiró de la calidad que atesora en cada uno de sus jugadores.
El uruguayo recuperó el gol y lo hizo en dos jugadas en las que también intervinieron Paco Alcácer como propiciador y Cuéllar. En el primero, el meta leganense despejó un centro chut de Alcácer de mala manera para dejar el balón franco para la aparición de Suárez. Y en el segundo, se estiró para evitar el tanto en un primer momento pero la volea del ‘9’ ya fue imparable. Paulinho hizo el tercero ya en el tiempo añadido.
Mientras, el Leganés tuvo en Amrabat a su hombre más incisivo y suyas fueron las mejores oportunidades pero enfrente siempre se encontró con un Ter Stegen soberbio en todas sus intervenciones. Garitano dio la titularidad en punta al marroquí y recuperaba a Rubén Pérez en el centro del campo para marcar de cerca a Messi. El argentino, desaparecido durante 60 minutos, surgió en el último tramo del choque como asistente de lujo.
Arrancó el partido con el Barcelona haciéndose con la posesión y el Leganés a lo suyo. No había prisa en robarle el balón a los azulgranas. Lo mejor era esperar sin presión arriba y juntar líneas a la espera de coger el balón rápido y montar contragolpes. Funcionó el sistema a los anfitriones y los de Valverde disfrutaron de muy poquitas oportunidades en los primeros 20 minutos.
No en vano, la primera ocasión del encuentro fue para Amrabat tras una pérdida de Rakitic que culminó con un golpeo con efecto que se marchó por encima del larguero. Más tarde, un tiro desde la frontal de Gabriel pasó cerca del poste y animó a la grada. Amrabat volvió a crear peligro y fue derribado dentro del área. Los jugadores pepineros se despistaron en las quejas a Undiano Mallenco, que no señaló penalti, y la contra la aprovechó el Barça.
La jugada nació de un pase diagonal a Alcácer en el costado derecho del área. El delantero azulgrana golpeó el balón fuerte y Cuéllar despejó de la manera menos ortodoxa posible. El balón quedó muerto para que lo cazara Suárez. Lejos de venirse abajo, los de Garitano siguieron intentando batir a Ter Stegen, que tuvo que lucirse en un gran tiro con rosca de Szymanowski. Acto seguido, un intento de Amrabat se fue al lateral de la red después de encarar a Piqué.
Amrabat y Beauvue no pudieron batir a Ter Stegen
Tras el descanso, Garitano metió más madera. Beauvue apareció en lugar de Eraso y se situó en ataque acompañando a Amrabat. Esa modificación, unida a unos momentos de atontamiento del Barcelona, casi suponen un cambio de rumbo en el partido. El Lega creyó en el empate y Beavue pudo lograrlo en un mano a mano clarísimo que desbarató el portero alemán.
Pero el Barça volvió a sacar a relucir su pegada. Messi habilitó para Alcácer, que lanzó un potente disparo que rechazó Cuéllar con apuros. Pero entonces apareció una vez más Suárez para llevar el balón a la red de una volea que rebotó en Siovas. Con muy poco, el líder ponía un 0-2 muy complicado ya de remontar. La celebración de Suárez pareció menospreciar a Cuéllar, con el que antes se las había tenido tiesas.
El partido se le empezó a ir de las manos a Undiano Mallenco, que llegó a señalar una falta a Messi cuando éste se había resbalado. Butarque comenzó a alternar los cantos de ánimo a los suyos con otros llenos de sorna hacia el colegiado.
Mientras, los locales nunca perdieron la fe y siguieron compitiendo. Pese a la falta de puntería, nada se le podía reprochar en voluntad. De nuevo Beauvue lo intentó pero el balón se fue alto. Szymanowski, Diego Rico y Zaldua también probaron suerte pero nada, había un cerrojo. El que no perdonó fue el Barcelona.
Messi, desatado en los instantes finales, protagonizó primero un zapatazo que desbarató Cuéllar. El guardameta, atento, sacó también el posterior tiro de Suárez. Pero el argentino sacó partido de una jugada enmarañada para dejar un pase para que Paulinho lo empujara a gol. Era la puntilla al partido.